Los derechos fundamentales de la humanidad son letra muerta: Rutilio Grande

Por: Roselia Núñez


El 12 de marzo de 1977 fue asesinado el párroco de Aguijares, Rutilio Grande, considerado el precursor de las ideas libertadoras adoptadas por Monseñor Romero.


La vocación de servicio del padre Grande era el pueblo, entendido por él como las mayorías oprimidas. Desde el Evangelio nunca cesó de denunciar las opresiones e injusticias. Rutilio fue profesor y director de las experiencias pastorales. Dirigió a los seminaristas en “misiones” por los pueblos.

Una de las clases que más le gustaba enseñar era la Constitución de la República, desde donde denunció las violaciones a la constitución y a los derechos fundamentales de la humanidad. Esto es “letra muerta” exclamaba molesto.

Sus debilidades y enfermedades pasaban a un segundo plano, dando paso al profeta que denuncia desde el Evangelio y apoyando a la ciudadanía que reclama el cumplimiento de la Constitución de la República.

Rutilio Grande García, nació en el Paisnal, San Salvador, el 5 de julio de 1928. Hijo de Salvador Grande y Cristina García de Grande, quien murió cuando él tenía cuatro años de edad.

A partir de entonces quedó al cuidado de su abuela, una mujer religiosa a quien Rutilio “le atribuyó la responsabilidad de haber sentado las bases de su espíritu piadoso y su vocación al sacerdocio”.

El padre del párroco Rutilio fue un hombre económica y políticamente muy importante en la Villa del Paisnal, de donde además, fue alcalde durante muchos años y en diversos períodos.

Su formación eclesiástica
Sus estudios en el Seminario San José de la Montaña los inició a la edad de 13 años. En 1945, entró en el noviciado de los Chorros en Venezuela.

Dos años después, ya con 19 años de edad, pronunció sus votos perpetuos y privados de pobreza, castidad y obediencia, según las costumbres y los derechos de la Compañía de Jesús.

En 1960, se ordenó de sacerdote en España y regresó a El Salvador para incorporarse al Seminario San José de la Montaña donde se desempeñó durante dos años como Prefecto (tutor) de estudios y Prefecto de disciplina del seminario menor y profesor de latín, castellano, geografía e historia.

Se considera que el mayor aporte al seminario fue la introducción de dinámicas de grupo entre seminaristas debilitando el sistema tradicional verticalista. En octubre de 1953 fue trasladado a Oña, España, donde estudió la Licenciatura en Filosofía.

En 1956 comenzó en ese país, sus estudios de teología. Su preparación como jesuita la finalizó oficialmente en Córdova, España en 1963. Hizo sus últimos votos el 15 de agosto de 1964. Un año después se incorporó de nuevo al seminario.

El padre Rutilio se encarga de la parroquia del señor de las Misericordias de Aguilares en septiembre de 1972, aunque él hubiera preferido realizar sus experiencias pastorales en otro lugar.

Desde su llegada a Aguilares realizó un trabajo pastoral extenso, ahí creo permanentemente Comunidades Eclesiales de base y “fue muy querido entre los campesinos”.

Su asesinato
El asesinato del párroco, sucedió cuando se dirigía a El Paisnal a celebrar la Eucaristía, acompañado de Manuel Solórzano de 72 años y Nelson Rutilio Lemus de 16.

Ellos fueron emboscados y ametrallados, mientras atravesaban unos campos de caña. El informe de la Secretaría de Prensa del Arzobispado de San Salvador, indica que eran las 5 de la tarde del día 12 de marzo de 1977.

El reconocimiento de las cadáveres fue realizado por un médico forense a solicitud de las autoridades eclesiásticas.

El informe forense indica que los disparos se hicieron desde el frente, un lado y desde atrás con un arma marca Mantzer de uso policial.

Las balas blindadas de 9 milímetros atravesaron por la derecha el maxiliar y el cuello de Rutilio, rompiéndole la cabeza.

Varios disparos le atravesaron la región lumbar. Otros se introdujeron en los glúteos izquierdo y derecho.Según el informe fueron unos 12 disparos, todos ellos mortales, excepto el del pie, hechos por tiradores expertos desde una distancia de 15 ó 18 metros.

En el libro Rutilio Grande, Mártir de la Evangelización Rural, se destaca que fue víctima de la injusticia y la violencia institucionalizada que predominaba en El Salvador en los años 70.

El boletín del Arzobispado de 1977, menciona que Rutilo, sin lastimar y violentar a sus fieles en la práctica de su religión popular, fue formando una verdadera comunidad de fe, esperanza y amor, haciendo conciencia de la dignidad de las personas, de sus derechos fundamentales y también de su promoción humana integral.

Escrito para "La Gazeta Universitaria" de la Universidad de El Salvador, del 30 de marzo de 2005.

3 comentarios:

gabi dijo...

Qué blog más interesante. Me gustaría leer sobre la obra de Alberto Masferrer. Creo que existen opiniones muy diversas sobre su enfoque.

En lo particular, a mí me parece que sin sacar frases de contexto, su visión sobre el Mínimun Vital es muy razonable.

Anónimo dijo...

me parece muy buena idea tu blog, hablas de personas que seguramente muchos no conocemos y que han sido héroes en su vida personal sin que por ello hayan llamado la atención de la gente como sería deseable

eso es un buen blog: no repetir lo que todos sabemos, sino hacernos llegar lo que no conocemos, eso y

amor

:-)

Anónimo dijo...

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